Adolfo Mittelman, nació un 18 de Diciembre de 1927, fue empresario y comerciante; junto a su hermano Leonardo (Coco), fueron
propietarios de la tradicional “Tienda Plaza Moreno”, continuando con el comercio
de su padre, que originariamente se ubicaba en las cercanías de la placita que
lleva el nombre de ese prócer. Hoy en día la tienda sigue en manos de los
Mittelman, dirigida por su hijo.
Fue un comerciante con estrecha relación con sus clientes,
podría decirse que su atención era personalizada. Muchos de los que llegaban a la Plaza Moreno pedían hablar con
el, y nunca nadie que lo hizo se fue sin encontrar lo que buscaba. Sus aliados
en la atención eran, Ramón Sforza, Modesto (Zabala) e Hilda (de Rossi).
Recuerdo que si la mercadería no estaba, le consultaba a Modesto o Hilda, y la
respuesta era siempre la misma, ya esta comprada, pero no la despacharon de
Buenos Aires. Y así lograba que la clientela no fuera a otro lado y siguiera
esperando una semana más sin protestar. Ni hablar de las facilidades de pago a
la hora del fiado, no hubo victoriense que no tuviera “cuenta” en Plaza Moreno.
Como no recordar también, la venta de telas en la promoción
de “saldos y retazos”, colas de mujeres que
cosían esperando que se abrieran las puertas del local para correr detrás del
preciado trozo de tela de liquidación.
Adolfo fue también uno de los entusiastas promotores de la
unión vial que une a esta ciudad con Rosario. Cuando todo era proyectos llego a
pagar viajes a Buenos Aires de su bolsillo con tal de no perderse ninguna
reunión. Podría decirse que fue un visionario, recuerdo ciertas charlas en las
que siempre estaba presente la política y como no podía ser de otra manera, el soñado
puente con Rosario.
La tienda tenía su local en la intersección de las calles
Piaggio y España, pero él imagino más, pensó la Victoria post puente, e imagino
su tienda de pueblo compitiendo con las grandes cadenas rosarinas y por eso, tiempo
antes de que la unión con la urbe santafesina fuera un hecho, trasladó su
comercio desde su propio local, al actual local alquilado, mucho más amplio, ubicado
en la esquina céntrica de España e Italia.
Para terminar dejo una anécdota que me contaron: dice que cierto
cliente preocupado por que el tiempo pasaba y el producto no llegaba llegó a
decirle: “anda a comprárselo a la competencia, y si no tenes cuenta no te hagas
problema, yo llamo y te salgo de garantía”. Eso pinta de cuerpo entero como fue
este victoriense siempre dispuesto a la “gauchada” para con el cliente, que más
que clientes eran amigos.
El 22 de Mayo del 2003, cuando se inauguró el puente, seguramente
fue el más feliz del mundo por ver su sueño realizado (como se lo ve en la foto).
Quiso el destino que su vida se apagara pocos meses después de la inauguración
del Puente Victoria - Rosario, murió un 24 de Diciembre de 2003.