Dos victorienses con el Papa Francisco, se trata de Pedro
Brassesco y Elías Mussé. Compartieron la misa de las 7 de la Mañana junto a empleados
del Vaticano en la
Residencia de su santidad. A continuación transcribo lo que
reflejaron los medios internacionales sobre la homilía del Santo Padre.
Mussé y Brassesco en primera fila. |
Ciudad del Vaticano 27/05/2013.
Para seguir a Jesús debemos despojarnos de la cultura del
bienestar y de la fascinación de lo provisional. Lo afirmó el Papa Francisco la
mañana del lunes en la Misa
en la Casa de
Santa Marta. El Papa subrayó que debemos hacer un examen de consciencia sobre
las “riquezas” que hoy en día nos impiden acercarnos a Jesús. En la Misa , concelebrada por el
cardenal francés Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon, tomó parte otro grupo de
empleados vaticanos.
Jesús pide a un joven dar todas sus riquezas a los pobres y
seguirlo, pero éste se aleja triste. El Papa Francisco desarrolló su homilía
partiendo del conocido episodio narrado en el Evangelio de hoy. El Santo Padre
subrayó que “las riquezas son un obstáculo” que “no hace fácil el camino hacia
el Reino de Dios”. Por lo demás, advirtió, “Cada uno de nosotros tiene sus
‘riquezas’, cada uno”. Existe siempre, explicó, una riqueza que nos “impide
acercarnos a Jesús”. Y esto hay que detectarlo. Todos, continuó, “tenemos que
hacer un examen de consciencia sobre cuáles son nuestras riquezas, porque nos
impiden acercarnos Jesús en el camino de la vida”. Francisco se refirió a dos
“riquezas culturales”: ante todo la “cultura del bienestar, que nos hace poco
valientes, nos hace perezosos, nos hace también egoístas”. El bienestar,
constató el Obispo de Roma, “nos adormece, es una anestesia”:
“‘No, no, más de un hijo no, porque no podremos ir de
vacaciones, no podremos ir a tal lugar, no podremos comprar la casa’. Está bien
seguir al Señor, pero hasta un cierto punto. Esto es lo que hace el bienestar:
todos sabemos bien cómo es el bienestar, pero esto nos destruye, nos despoja de
aquel valor, de aquel coraje fuerte para acercarnos a Jesús. Esta es hoy la
primera riqueza de nuestra cultura, la cultura del bienestar”.
Existe además, agregó, “otra riqueza en nuestra cultura”,
una riqueza que nos “impide acercarnos a Jesús: es la fascinación de lo
provisional”. Nosotros, observó el Papa, estamos “enamorados de lo provisional”.
Las “propuestas definitivas” que nos hace Jesús, puntualizó, “no nos gustan”.
En cambio nos gusta lo pasajero, porque “tenemos miedo del tiempo de Dios” que
es definitivo:
“Él es el Señor del tiempo, nosotros somos los señores del
momento. ¿Por qué? Porque en ese instante somos los que mandan: hasta aquí sigo
al Señor, después se verá… Una vez supe de uno que quería ser sacerdote, pero
sólo por diez años, no más … Cuántas parejas, cuántas parejas se casan, sin
decirlo, pero pensándolo con el corazón : ‘hasta que dure el amor y después se
verá…’ La fascinación de lo provisional: ésta es una riqueza. Debemos
convertirnos en dueños del tiempo, hacemos breve el tiempo reduciéndolo al
momento. Estas dos riquezas son aquellas que en este momento nos impiden ir hacia
adelante. Pienso en tantos, tantos hombres y mujeres que han dejado la propia
tierra para ir como misioneros por toda la vida: ¡aquello es lo definitivo!”.
Pero también, aseguró, pienso en tantos hombres y mujeres
que “han dejado la propia casa para hacer un matrimonio por toda la vida”;
¡aquello es “seguir a Jesús de cerca! ¡Es lo definitivo!”. Lo provisional,
repitió el Papa Francisco, “es no seguir a Jesús ”, ese es “territorio
nuestro”:
“Ante la invitación de Jesús, ante estas dos riquezas culturales
pensamos en los discípulos: estaban desconcertados. También nosotros podemos
estar desconcertados por estas palabras de Jesús. Cuando Jesús explicaba alguna
cosa estaban aún más desconcertados. Pidamos al Señor que nos dé el valor de ir
adelante, despojándonos de esta cultura del bienestar, con la esperanza – al
final del camino, donde Él nos espera - en el tiempo. No con la pequeña
esperanza del momento que no sirve más. Así sea”.
Crédito Foto: Pedro Brassesco.