20/06/1997
Cuando falta un día para la
llegada del invierno, se celebra en la República Argentina
el día de la bandera, dado que un 20 de Junio de 1.820 falleció el Gral. Manuel
Belgrano creador de la enseña patria.
Los actos centrales se realizan anualmente
en el Monumento Histórico Nacional ubicado a orillas del Río Paraná en la
ciudad de Rosario, Santa Fé, y generalmente para participar de las
celebraciones se hacen presentes los Presidentes de la Nación.
La previa a la llegada del
Presidente Carlos Menem a Rosario en 1.997 se presagiaba políticamente
tormentosa, por un lado un justicialismo movilizado en apoyo a su visita, una
oposición concentrada en una marcha de protesta con paros de transporte de
pasajeros incluido y en el medio, en ambas orillas, la histórica colocación de
la piedra fundamental del puente Victoria - Rosario.
Con lluvia en la víspera, aquel
viernes amaneció algo frío y con un cielo nublado. Para los victorienses no era
un día más, era el día en que se daba formal inicio a la obra que materializaría
el sueño centenario de varias generaciones de entrerrianos.
Meses antes una caravana de
vehículos había recorrido la ciudad festejando la apertura de sobres de la
primera licitación, por lo que también había expectativas ciertas de que el
presidente viniera con el Decreto de adjudicación.
Así, entre escepticismo, ansiedad
y alegría, muchos victorienses dejaban sus autos en un fangoso estacionamiento improvisado
al costado de la Ruta Provincial
Nº11 (camino a Paraná), otros tantos, desde la ciudad se daban cita caminando,
y así, muchos portando banderas celestes
y blancas se concentraron en la cabecera de la futura unión vial. Ese día, como
no podía ser de otra manera, también se hicieron presentes militantes
justicialistas procedentes de distintos lugares de la provincia. Ya estaba casi
todo listo, faltaba muy poco para que ese día entrara en la historia.
Culminado el acto central en el
Monumento a la Bandera ,
el presidente voló en helicóptero desde la ciudad de Rosario, arribando al Aero
Club Victoria, trasladándose desde allí en combi por la Ruta Provincial Nº11 hasta llegar
al lugar elegido para el acto.
El intendente de Victoria era
Jesús D. Liberatore (U.C.R.), el presidente del H.C.D. era Luis M. Márquez
(P.J.) y juntos le dieron la bienvenida al visitante. Al acto se hicieron
presentes los gobernadores de Entre Ríos Jorge Busti y el de Santa Fe, Jorge
Obeid. El palco se completaba con autoridades provinciales, municipales y con algunos
miembros del gabinete nacional.
El clima no mejoraba, lo que da
pie a la anécdota de cuando una autoridad local le dijo al primer mandatario
“Presidente que día feo nos hizo” el riojano contesto jocosamente “y bueno, se
hace lo que se puede”. Íntimamente el presidente sabía que el factor climático
no era el problema mas importante que tenía precisamente ese día.
En ese marco de mal clima, que
solo lograba sobrellevarse con la alegría y el entusiasmo de los presentes, se
colocó oficialmente la piedra fundamental de la obra pública más importante que
se realizaría en el país.
La trama secreta:
El 15 de Abril de 1.996 se comenzó con la venta de pliegos
para la ejecución de la obra, pero a pocos días antes de la llegada de Menem a Victoria,
algunos políticos se habían enterado que los resultados de la apertura de
ofertas de la licitación eran muy poco auspiciosos.
Según la evaluación de las propuestas, de los tres consorcios
calificados sólo uno había presentado oferta, pero aún así este no se ajustaba
al pliego de Bases y Condiciones.
Era una situación caótica, faltaban pocos días para el 20
de junio, venía Menem a Victoria, y cuando todos pensaban que venia con el
Decreto de adjudicación, un día antes se dan por enterados que la licitación se
caía.
Un mes antes, el presidente de la Comisión de Apoyo
Vinculación Rosario - Victoria había movilizado a Sindicatos, Centros
Comerciales, Sociedad Rural y otras instituciones a enviar telegramas al
presidente con objeto de solicitarle una última y decisiva intervención para
que fueran cumplidos los plazos, los telegramas finalizaban recordándole que lo
esperaban el 20 de junio para entrar a la historia.
Así estaban dadas las cosas, un justicialismo cercano a la
obra que sabía de buena fuente que la licitación había fracasado y que a la vez
experimentaban el sabor agridulce de estar organizando la visita del Presidente
para que diera inicio a las obras.
Con este panorama en el horizonte cercano, el Presidente
confirma su visita a Victoria para desarrollar el acto según lo previsto, instalando el palco al
aire libre en la futura cabecera del puente.
Durante el acto, Menem vino ya sabiendo que la licitación no
se iba a dar y dijo “y si hace falta
comprometo al Ministro de Economía que saque los fondos suficientes para llevar
adelante esta obra”. El ministro era Roque Fernández que estaba presente en
el palco oficial.
Los aplausos fervorosos de la concurrencia masiva de los
victorienses festejaron las palabras y el inminente inicio de las obras, pero no
todos habían podido leer del mismo modo las palabras pronunciadas públicamente,
mientras que para la mayoría podían significar la contraparte ritualizada del
hecho que el puente era una realidad, para quienes estaban al tanto de los
últimos acontecimientos significaban la voluntad de que la caída de la Licitación no fuese un
tropiezo más en el camino.
El fracaso de la Licitación se hizo público el 11 de julio de ese
mismo año, cuando se la declararon desierta. Ese día en Victoria podría decirse
que todo fue tristeza. Había que volver a empezar.
Rápidamente, a los pocos días, el presidente autorizó un
nuevo llamado a Licitación Pública Nacional e Internacional de plazo reducido,
duplicando el subsidio estatal, pasando de 100 a 207 millones de pesos.
El gabinete nacional sesionó en la Plaza San Martín de la
ciudad Victoria meses después. En este sentido, el arribo de las autoridades
nacionales a Victoria directo en helicóptero fue un golpe de efecto
indiscutible para quienes venían trabajando por el puente.
Volviendo a aquel histórico 20 de
Junio de 1997, terminado el acto, el presidente tomo el mismo camino de regreso.
Volvió a Rosario y repitió la ceremonia en la intersección de Av.
Circunvalación y el Río, con el acompañamiento de ambos gobernadores y de los intendentes
de Rosario y Granadero Baigorria. “Las dos ciudades estarán conectadas por un
puente sobre el río Paraná -dijo- dando vida a una carretera bioceánica que una
los dos océanos, el Atlántico y el Pacífico”.
Si bien el destino de la piedra
hoy es incierto, no debe pasarse por alto esta fecha trascendental que fue el
puntapié inicial de la obra que cambió el destino de esta ciudad, de la región y de la comunicación
entre los dos océanos.
Escribio: Daniel Perez para El
Victoriense Blog
Fuentes: “Gaztañaga, Julieta - El trabajo político como
puente entre la historia y la necesidad. Etnografía del proceso de producción
de consenso en torno a la construcción del Victoria - Rosario Intersecciones en
Antropología, núm. 6, enero-diciembre, 2005, pp. 187-198 Universidad Nacional
del Centro de la Provincia
de Buenos Aires Olavarría, Argentina.”, Clarín Digital, Archivo Gráfico y
Fílmico del Autor. Foto: Celso Rendos.